13 de marzo de 2012

El síndrome de Michael Jackson


Sin llegar a preocuparme porque la verdad que para preocuparse están el paro y la reforma laboral; diría que mi hijo mayor está cualquiera de las siguientes cosas: A) Poseído por el espíritu de Michael Jackson quien desde su más allá le impele a vestirse como él. B) En camino de volverse un friki; ya que en el barrio y zonas colindantes le conocen por sus vestires jacksonianos y porque cansado de advertirle que deje de hacerlo, viene de la escuela y se pone el traje de MJ; se acuesta vestido así, o si no lo hizo, se levanta por la mañana y lo hace. Ha llegado incluso a pedirle a marta que le saque fotos dormido vestido de MJ para verlas luego por la mañana. Una neurosis en condiciones, digamos...Vale, mi relato está volviéndose confuso, pero yo lo estoy más aún. Hoy, por ejemplo, tuve que cumplirle una promesa hecha hace semanas cuando fueron los carnavales y en la escuela se hizo una fiesta de disfraces donde tenían que ir todos de deportistas olímpicos y el quería ir de MJ.
Tras convencerlo de que el traje de Michael jackson no era del espíritu del barón de Coubertin, le hice la promesa de que alguna tarde le dejaría llevar su atuendo a clase. Finalmente, fue hoy. Aunque no llevaba ni sombrero ni gafas de espejo gigantes, iba casi al 100%. Pensé que quizás a la profe no le gustaría; es obvio que su presencia produciría alboroto y reclamos. Mañana quizás otro niño vaya a clases vestido del hombre araña; o de princesa. La verdad, es que la idea me parece excelente, pero el sistema es implacable y tarde o temprano nuestros héroes acabarían desprovistos de sus fantasías textiles en favor de lo que llaman normalidad.
Vale, entendería toda esta locura si yo o Marta, por ejemplo, fuéramos habituales consumidores de su música, o si el niño, por decir algo, me hubiera visto alguna vez hacer un moonwalk. Si ni siquiera lo he intentado! Bueno, quizás alguna, pero creo que me torcí una rodilla.
Esta afición, a duras penas recuerdo como le llegó a su vida; se hizo carne y pronto será uña. Finalmente, y C) me importa un bledo la semántica o la transparencia de esta entrada; seguiré apoyando sus demencias porque antes que nada; a veces antes que su familia, el niño es una artista y ya se sabe que son sensibles a las derivas del capricho; y gustan diferenciarse para a la vez ser parte del todo.
Y luego está su derecho, querido lector, de considerar mis palabras justificables o no. Lo cierto es que esta tarde le llevé vestido con su traje de MJ a la escuela para que estuviera dos horas así; aún a expensas de una posible advertencia o reconfirmación de mi tendencia a la excentricidad. Al fin y al cabo, somos astillas del mismo palo. A bientôt!


Posted by Picasa

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