28 de diciembre de 2011

Va de Michael Jackson, como siempre...


Hace unos minutos dejé a Oliver en la fiesta de disfraces que la asociación vecinal organiza cada año para los niños del barrio. Huelga decir que iba disfrazado de Michael Jackson; aunque en esta ocasión le cosí algunos adornos más. La fiebre jackson es como la malaria. Provoca fuertes ataques seguidos de inactividad. En este momento estamos en pleno ataque, en parte por la colección de discos que viene con el periódico semanal, en parte por el regalo de reyes laicos que recibirá (aunque aún lo ignora) un verdadero disfraz oficial de MJ similar al que usaba en no se que canción, porque lo he olvidado.
Al llegar a la fiesta, como iba abrigado una de las niñas le preguntó de que iba y otro de sus compañeros atajó: va de Michael, como siempre!


No es habitual que Oliver pose para las fotos. Le da vergüenza y por ello sorprenderlo es poco frecuente. En este caso, sin embargo, me rogó que le hiciera varias fotos porque según dijo: este disfraz no me lo quiero olvidar nunca!






Michael presente...


Tanto a la ida, como a la vuelta, Oliver insistió en lucir su atuendo de Michael Jackson diseñado & realizado por su abuela Peka.  Esta serie de fotos corresponden a la última mañana, cuando fuimos a ver la muestra de Indiana Jones.





Aquí está Oliver con Mandarina y polilla, dos payasos que hicieron una actuación en el centro comercial donde estábamos comiendo. Su orgulloso y feliz posado nos hace ver que entre artistas se siente en su medio...

Un pozo hasta el mar & otros planes playeros




Con la lógica cautela de aquel que no cree en su propia suerte, la primera mañana en Valencia nos fuimos a la playa a las diez y poco de la mañana. Lejos de congelarnos o sufrir los reveses de un tiempo invernal, la arena invitaba a tirarse y dejar que el sol caliente las partes expuestas.
Oliver, pronto decidió cavar un pozo para que el agua de mar lo inunde y más tarde nos fuimos de excursión por las piedras del rompeolas (de cuya visita sólo hay vídeo) mientras Marta y Camila se quedaban jugando con unos gatos que pretendían cualquier clase de comida que pudieran mendigar o robarse.

viendo ponis & otros guaguas


A falta de otros términos que permitan diferenciar entre especies, para Camila, todo ser vivo no humano es guagua. Así, un poni, un gato o una ballena azul pueden perfectamente ser catalogados como tales y ser pasibles de admiración. En la feria de Valencia había una atracción donde unos caballitos atados a una rueda sin fin caminaban transportando ya un niño, ya una niña, ya un recuerdo de campos mejores.
Para Camila, poder acariciar a uno de estos équidos cautivos fue toda una experiencia. guagua?


Museo de ciencias & otros asuntos bajo el cielo azul

El cambio climático, la corriente del niño o la llegada del mesías; cualquier paparrucha puede ser buena para justificar la primavera invernal valenciana. Nosotros, antes que discutirla la aplaudimos; la playa, los paseos, las mañanas y tardes y hasta sus noches. Viento en calma e invitación a dejarse mimar por febo.

La proximidad de nuestro alojamiento con el museo de artes & ciencias hizo de este destino un campo habitual de paseos y fotos. En varis de ellas, Oliver muestra una mano robótica que le trajo papá nöel desde el helado y remoto ártico...






Madre, hija y al fondo Lebrija

La verdad es, que al fondo es Valencia. Lo de Lebrija bien podría ser por la rima y no por la geografía; antes que ello amor y conciencia y al fondo Valencia; o nosotros alojados en Valencia y los viejos en la residencia. Y esto último, porque el edificio en el que estábamos es mitad hotel y la otra mitad, una residencia para ancianos levantinos o levantiscos (como también acepta RAE en su correspondiente entrada) Y luego, está la foto; resulta innegable el parecido entre la nena y su mamá. No me empiecen las comparaciones por el apéndice nasal, pero ese pelo parece teñido por el mismo profesional; luego la mirada de bondad común y al fondo, antes de Valencia y esa cuerda blanca que arruina la composición está Oliver, pensando en sus cosas. Seguiría contándoles nuestras vidas pero a la vez ésta sigue su intenso curso con obligaciones domésticas que atender sin ayuda, posta o descanso. (..) 


Donde haya una buena feria que se quite Valencia

Aunque la ciudad de las artes & las ciencias ofreció juego intelectual & recreativo, a la hora de los bifes que haya feria de la de toda la vida. Frente al puerto de Valencia y visible desde una gran distancia, una enorme noria de 60 metros de altura atraía como moscas a la bosta a los niños y tras ellos sus padres y poco más allá sus carteras. Oliver montó en cuatro atracciones; las gomas saltarinas; una especie de invento para correr sobre el agua, el inflable de Bob esponja y los autos de choque.
Luego reflexionaría sobre este y otros grandes momentos del viaje clasificando la feria en el tope de todas ellos.








Navidad, sí, pero a lo lejos..

Como muchos sabrán y otros también a partir de la lectura de esta entrada, nos fuimos unos días a Valencia entre los cuales uno de ellos coincidió con ese que los cristianos y paganos llaman navidad. No tengo la intención de ayudar de forma pasiva a la perpetuación de ésta o cualquiera otra tradición religiosa porque como cualquiera otra forma de ignorancia, debe ser combatida desde la razón.
Dicho esto, no evito caminos alternativos para proporcionar regalos de papá noel y dar a mis hijos la sensación de pertenencia al grupo receptor de dádivas infantiles como si fuera un judío, un musulmán o un hindú (entre otras confesiones sin fiestas de imposición social). Pero soy ateo. Un grupo numeroso pero que a las horas indicadas, acaban pasando por el aro de la navidad. En Valencia, la navidad también llegó. Se notaba en detalles como ese gigantesco cono de luces blancas y rojas que vemos al fondo de la imagen. No usé flash, por lo cual Oliver se ve en penumbras. 

6 de diciembre de 2011

3 primores (de primos)


La semana pasada festejamos en casa de Carlos & Leyre sus respectivos cumpleaños que, por ser muy cercanos en el calendario, se celebran juntos para que los familiares sanguíneos y otros allegados menores podamos compartir un rato de alegría y hacerles entrega de nuestros regalos. Bueno, leído así puede parecer que hay cumpleaños de 1º y turista. Al fin y al cabo, el verdadero momento de gloria es con los amigos de sus generaciones que, creedme, están muy separadas por Cronos, si es que aceptara la existencia de tal dios. La celebración de "mayores" salvando el eufemismo anterior estuvo muy bien; exquisiteces y postres; y hasta hubo tiempo para ver el fútbol.
Y luego está esta foto; Camila sonríe mientras Leyre le coge la espalda y Oliver mira dos metros por detrás de quien le retrata. Falta Carlos, por alguna razón no quedó en este archivo y eso que pasamos un buen rato montando su barco del servicio de bomberos & guardacostas.

Pensando un deseo & otras aventuras en el parque del papa muerto.


Aunque es verdad que puede sonar siniestro, dicho parque es en realidad una lustrosa película de piedra y agua al sol; inaccesible durante los seis meses más duros de la canícula y esto lo digo porque me gusta como suena cuando se lee en voz baja. Sin embargo, en otoño es ideal para pasearse por sus yermos caminos a la verita de árboles bebé y decoraciones que evocan jardines orientales que no conozco. Allí hay juegos interesantes; y el agua es un elemento importante; existe un pozo de los deseos y allí estaban; pensando que pedir, arando deseos, hurgándose los mocos de las ganas humanas de tener...











 Teo posa sonriente en el tobogán; un cielo azul Madrid y un arbolillo pelado nos dan otoño & color.


Los tres salvajes descargando energías en el parque del papa muerto.  Vale, el parque se llama Juan Pablo II, como el papa muerto. No tengo acaso razón?


Tras muchos días de ansiosa y exasperada espera, finalmente la madrina le trajo a Oliver a Divo para que pase unos días en casa. Aquí le pasea con esa cutre cuerdita que le improvisé; pronto sería acaparado por sus amigos Teo & Ada quienes le arrastraron a aventuras indeseadas para un cánido de su tranquila condición. Una cura de agitación para el Divo,  y una buena tarde de parque a principios de diciembre.