8 de noviembre de 2014

Cuevas, troncos y aventuras en el Pardo

Tras muchos años viviendo en Madrid, finalmente hoy conocimos el Pardo. Marta, como Madrileña de cepa, casi no lo conocía, y aunque no estuvimos mucho rato (volveremos) dio para un animado paseo, para encontrar el cauce de un arroyo seco y unas cuevas de tierra; un árbol caído sobre un camino que Oliver cruzó con audacia y otros asuntos como la recogida de productos otoñales del campo para decorar un trabajo escolar de Camila. Hasta pronto aventureros!







Fundaland; de cuentos y cabriolas

Esta mañana nos fuimos a conocer Fundaland; un sitio para que los niños practiquen deportes, y realicen actividades culturales. Está a pocos minutos de casa, en Montecarmelo, y próximo al Pardo donde acabamos poco después.
Había un cuentacuentos que hizo una interesante introducción a una historia que acababa con pompas gigantes de jabón ascendiendo al cielo, o estallando en los ojos de los niños que, parcialmente cegados de alegría y jabón, corrían tras ellas para reventarlas con sus aguzados índices.



Tras los cuentos, los saltos; un precioso castillo hinchable sólo para los dos hermanitos que sin control horario de nadie, agotaron sus reservas energéticas a saltos y sambullidas semi mortales. Tras acabar, poco pudimos hacer para evitar que fuera Mc Donalds el sitio elegido para comer. Nos envenenamos en uno de sus clubes de gordos, y salimos para el Pardo.




El poni mulo enano y otros seres cuadrúpedos equinoformes amados

Hace una hora y poco, cuando la tarde ya amenazaba retirada; entre nubes grises y sol intermitente entrevimos un sitio pleno de equinos, y decidimos aparcar. Un picadero al borde del Pardo; un sitio para niños acariciadores y más aún cuando además tenían un bebé de poni y burro; un asni, mitad asno mitad poni; una especie de perrito peludo y amigable que podría quedar calvo de tanto amor acariciante.
Sin llegar a producirse una alopecia por fricción, el animalillo acabó tan mimado como se pudo; con la promesa de un regreso para montar y seguir sobando cuadrúpedos équidos, cánidos y lo que se tercie.





3 de noviembre de 2014

Meditando...


El último domingo sin abrigos

Ayer improvisamos una salida al centro con la intención de ver a unas pocas ovejas caminando por Alcalá (a las que no vimos) y trepando a lo más alto del Ayuntamiento de Madrid, donde por 50 céntimos te puedes sacar unas preciosas fotos con la ciudad a tus pies.
Nos cruzamos brevemente con Teo, Ada & familia; y tras ello acabamos comiendo en un restaurante de la zona. Ya en Colón, y sin resignar ese sol que aún calienta por última vez en el año, nos quedamos un poco por la plaza decidiendo si dejarnos estafar o no por el museo de cera. Finalmente optamos por dejarlo para cuando pongan la figura de Bárcenas en la galería de los malos.






2 de noviembre de 2014

Halloween!!

Los niños querían hacer su porpia merienda de Halloween, ir de casa en casa mangando gominolas porque el secuestrador está tras las rejas; y Freddy Kruger está de vacaciones; una noche de miedo pero agradable, para salir sin abrigos que afeen el vestuario.
Estuvieron dos amigos del colegio del Oliver, y la prima Leyre; luego encuentro con los amigos Ada y Teo y recorrida conjunta asustando viejas y provacando el caos menor.
Booooo......!







4 añazos!

Con dos semanas de retraso, pero sin olvidar la trascendencia del momento. El cumpleaños de Camila fue el 14 de octubre; y estuvo fraccionado en varios festejos. En casa, en la sierra, con abuelos, con primos, con amigos... 
Estás muy mayor, y te quiero muchísimo bonita; es tan independiente, segura de sí misma y cariñosa; con mucho carácter, lágrima fácil y la reina de la comedia. Otra artista; otro gran amor de mi vida.









Otoño primaveral en la sierra

Como muchos habrán experimentado en sus propias carnes; en estas semanas de octubre y principio de noviembre se ha instalado un anticiclón en la península que impide la llegada de las lluvias; acumula contaminación en Madrid y permite unas tardes de sierra y sol dignas de ser disfrutadas.
Estas fotos son de unos días después del cumpleaños de Camila. Un pastor con sus ovejas y perros pasaba por allí, y los niños aprovecharon a hacer sociales caninos.