8 de mayo de 2006

Costura y canto.
Más de una vez he leído y menos veces oído, que una cosa es fácil como coser y cantar. Mientras dejamos a los crédulos enhebrando un hilo y comenzando a tararear, diré que el cambio de un pañal de niño, no lo es en absoluto.
1985
Si algo puedo destacar del año 1985, es que estudié mucho la anatomía humana normal. Con menos clases prácticas de las deseadas para aquella mocedad mía, pero con intensas jornadas frente a los tres voluminosos tomos de la anatomía humana de Ruvière. Con mi amigo y compañero de clases Daniel llegamos a estar tan obsesionados con esta materia, que solíamos referirnos a la gente por alusiones anatómicas, y aunque esto es común a casi todo el mundo, al menos nosotros teníamos base científica. Porque estudiamos y repetimos, sintetizamos y memorizamos paso a paso, ducto a ducto, hueco a hueco, poro a poro, vena a vena, cisura a cisura, y todo el resto.
En cuanto a mí, yo diría casi sin dudar que lo que mejor retuve y estudié fue la parte del abdomen. Obtuve un 8 en ese examen, y nunca me había sentido más seguro de aprobar nada. Por eso, cuando esta mañana abrí el pijama de Oliver y ví que se había cagado hasta las axilas, no lo pude comprender. Cómo es posible que se me saltara esa página del libro de anatomía! ¿O acaso los bebes tienen varios culos ocultos que aparecen alternativamente en distintas partes del cuerpo?. Es muy posible, una especie de poder secreto que celosamente guardan los bebés, y que pierden cuando comienzan a hablar. Digamos que están obligados a guardar ese secreto, pero bajo las ropas de su bebé, ahora mismo podría estar apareciéndose un ano supletorio listo para cagarse la nuca, el pecho, o las axilas. No encuentro otra explicación ni consuelo para aceptar que bajo las ropas del bebé la mierda acecha como un tigre en la espesura, cuando había tigres y cuando había espesura, claro.
Cuando lo ví así lo primero que me vino a la cabeza fue la eutanasia. No para él, que por no estar dotado de conciencia ignoraba lo desagradable de su posición. Quizás incluso cuando esa cagada llegó a sus axilas lo confortó de alguna manera que también celosamente guardan tras las puertas herméticas y silentes de sus secretos de bebé.
Eutanasia para mí, porque era mejor matarse, dejar una nota y que lo cambie otro.
La verdad, no sabía si cambiarle el pañal o cambiarlo por otro niño que no viniera con un ano supletorio en la axila. Y él, echado de espaldas en su cambiador, sonreía.
No era una sonrisa de astuta crueldad superior. No me decía: _Sí, me cagué hasta los sobacos, papi. Pero sonreía…
Lo juro, si existiera tele-toallitas-húmedas hubiera pedido refuerzos. Más convenía ducharlo con agua a presión, o rebañarlo primero con un cuchillo mantequero, para luego darle frotes de esponjas naturales y piedra pómez. O hacer un agujero en un plástico, pasarle la cabeza para arriba y pedir a los bomberos que manguereen todo lo que haya abajo del plástico.
Sacarle la ropa sin mancharse los dedos de mierda fue más difícil que quitar un quiste cerebral con un cutter y unas pincitas de cejas. La intervención requería sangre fría y una congestión nasal que impidiera oler aquello. Además, unas pequeñas cataratas en las córneas no hubieran venido mal, para mitigar aquella dantesca visión axilar.
Bueno, ahora que me releo, quizás haya exagerado, pero a veces, cambiar un pañal no es coser y cantar ni por supuesto coser y cantar no es coser y cantar. Nada lo es.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Madre mía !!! qué assssscoooo.
Pobre, habrá orinado mucho y el pañal ya no daba para más.

Creo recordar sólo una vez limpiando al niño con semejante panorama y fue en el hospital a los dos días de nacer... le caía por las pernillas... y decidí meterle en el lavabo del baño de mi habitación, con un miedo!, le bañaba por primera vez y yo sóla. Pensaba solo en cómo agarrarle de tal manera que no se me pudiera escurrir...

Anónimo dijo...

EL PADRINO PLENIPOTENCIARIO (a 8 dis de llegar a tierras Olivares) dice:

Que comprende perfectamente la situación comentada por el relator, porque la he sufrido, si, (dolor) en más de una oportunidad.
Mi impericia y desconocimiento de la anatomía científica me impidió en su oportunidad reflexionar a propósito de la misteriosa existencia o no de otros orificios por donde los pequeños escupen caca... Pero es posible.
Además: ¿ cómo es posible que caguen tanto y con tan profundo hedor? ¿ cómo es posible que , adem´s, no comprendan - si es que no lo hacen- que aunque hijos y amados, siguen siendo otros, los que deben embarrarse ( asi es la sensación) las manos, limpiando cacas ajenas?
Menudo tema el de la caca: aún hoy, cuando la experiencia de al menos dos años y cuatro meses de experiencia, y luego de haber visto cacas de variada dimensión, consistencia y olor, aún hoy, no entiendo porque nos someten los niños a semejante destrato e indignidad.
la pregunta es: ¿ nos limpiaran el culo cuando viejos? ¿ nos devolverán semejante gesto de amor? ¿ o se CAGARAN, tambien en ello?.
Abrazo, al cagador ( en el mejor sentido),solidaridad con los padres.. Ya nos vemos.

Anónimo dijo...

Desde la Reina del Plata hemos seguido con mucho interés y entusiasmo las peripecias de esta jornada parental.
Algunas observaciones nutrirán a padres y padrinos, espero.
1) La Navaja de Ockham: ante la muy baja probabilidad de que el bello Oliver tenga otros culos que esconda o manifieste a voluntad, y no hayan sido advertidos por los galenos que lo han revisado en clínicas, hospitales y demás, ni por sus muy atentos padres, postulo una explicación más sencilla.
Acorde a mi propia experiencia, los bebés encuentran un perverso placer en hacer esas cosas horribles con su caca... Se recuestan en ella, la tiran, la desparraman, en fin, lo que Victor ha vivido el día de hoy.
2) El cuidado de las mamaderas y las tetinas: que arroje la primera piedra el padre que nunca quemó alguna de esas porquerías. Yo he quemado dos veces el esterilizador de mamaderas en el microondas. Una, incluso, por olvidar ponerle agua. Y destruí varias decenas de tetinas y chupetes hasta que logré meterme en mollera que de ninguna manera hay que descuidarse con esas cositas que parecen imperceptibles.
3) "El precio de la libertad es la permanente vigilancia" (Jefferson dixit). Si bien don Jefferson quería encender el ardor revolucionario en sus cotertulios, y su pensamiento estaba rojo de sangre inglesa a esas alturas, la formulación se sostiene para uno de los requisitos de ser padre. No hay que descuidar ni las tetinas, ni los pañales, ni nada de nada, porque todo tiene la perversa costumbre de complicarse, ensuciarse o romperse.
4) Me alegra sobremanera que empiece a haber movimientos padrinales en el blog. Bien por Los Popinos, persistan en su ilógica expectativa de que el niño sea leproso. Será otro canalla, como Julián, mi hijo mayor, que no acepta jugar al fútbol sin su camiseta de Central.
5) A nuestra querida Marta: el dolor de las madres cuando retoman su vida laboral no lo podemos imaginar, más que como una mezcla de terror, espanto y sentimientos de defraudar. Llevo más de 6 años discutiendo con mi esposa que no lo debe sentir, sin mucho éxito. No pretendo tenerlo tampoco contigo. Pero no olvides que los amores se notan, también, a la distancia. Y Oliver no tiene ninguna duda al respecto. Ah, y hermosa la historia del primer baño. Vale hacer notar que, por cierto, ese asunto lo viviste como muy íntimo, muy personal e indelegable. O hubieras llamado a la nurse para que se ocupara. Tranquila, ya tendrás más ocasiones de perseguir el título de "Supermamá".
6) Al Padrino Coni "Timorato" Cherep: traerás fotos, filmaciones y demás recuerdos de Oliver para tierras pampas. Notá lo imperativo de la frase, please.
7) A Victor: macho, esa es la primera de las muchas cagadas que tendrás que limpiar. Paciencia. Entre los dos y tres años, en el verano, acaece un evento maravilloso en el que tu pequeño vástago aprende a pedir y, tras los lógicos accidentes, una mañana de verano te preguntás qué cuernos harás con ese paquete de pañales extragrandes. Todo llega.
8) A todos: abrazos y besos según corresponda a vuestras costumbres.
El Tío Raúl.

Anónimo dijo...

RAÚL , eres el que más te lo curras de todos los padrinos, hay que reconocértelo porque es la pura verdad. El padrino de la zona bonaerense se está ganando su título. Un beso grande de la madre.

Anónimo dijo...

Al más puro estilo hollywodense, he prorrumpido en un "Hurrah!!!" grande como una casa.
Gracias, Mamarta, lo hago con mucho placer. Es maravilloso compartir esos flashes de vuestra vida y ver crecer al niño, etc., etc. Y ya me gustaría tener el talento de Victor para los primeros planos.
Les mando un gran abrazo, y sigo contento con haber revalidado mi título de "Padrino Bonaerense".
Besos, abrazos, y buen finde,
R.

Anónimo dijo...

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