14 de julio de 2010

el niño del Jabulani

El discípulo del tío Luis
Hoy la trajo Marta a Oliver el balón del mundial; estuvieron jugando un rato en la calle y cuando el rubio observó que el blanco cogía gris calle me dijo: esto hay que limpiarlo bien, pasarle un trapito (lo hizo personalmente y a conciencia más tarde) y al fondo de la imágen vemos a Ismael, con gesto torcido y diciéndole lo mismo que yo: el balón es para darle patadas, es para que se ensucie. En fin, la discusión acabó derivando en un par de sentencias que ahora transcribo para aportación histórica y para advertencia de lectores y viandantes de la acera dos punto cero.
1º: no le prestaré ningún día de la vida este balón a nadie.
2º: quiero tener este balón conmigo para siempre.
Dichas estas dos cosas, y tras limpiar y secar el balón con los trapos convenientes, se fue a la cama advirtiendo: voy a dormir con mi balón.
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1 comentario:

Luis dijo...

Cualquier parecido con el tío Luis es pura coincidencia, jaja!!

Si me hubieran regalado aquella Tango del 78, yo tampoco habría jugado con ella. Y mucho menos teniendo en cuenta que cada dosportres la pelota terminaba bajo las ruedas de un auto por jugar en la calle.

PD: Oliver, si después de limpiar el balón te queda alguna marca, probá con Cif crema... jaja!!