La aventura del bicho bola y el monstruo de Júpiter

Una de las diversiones que tenemos con Oliver, es coger uno de sus dibujos y recortarlo en el paint para poderlo hacer mover libremente por la pantalla. Yo le cuento historias que voy dibujando y borrando, mientras el me pide que los personajes hagan tal o cual cosa. Esas cutres animaciones, le hacen fantasear que todo realmente está sucediendo, aunque sean dibujos toscos, con movimientos de robot. Esta noche, que me amenazaba desvelante, pocas ganas de hacer teclas, y entonces se me ocurrió que podría hacer alguna tosca animación para colgar en su blog y, de paso, darle una buena sorpresa. Le contaré la historia de su monstruo de Júpiter, que ataca a un bicho bola que iba paseando muy tranquilo a comprarse gominolas de las que pican, y que sin mediar provocación alguna, fue atrozmente atacado por un monstruo, que incluso llegó a tragárselo. Pero el bicho bola que era muy listo, logró escapar con un salto de la tripa, y con un pase de magia hizo aparecer un martillo gigante y le dió al monsntruo un terrible golpe en la cabeza que le hizo ver dos estrellas de tamaño long size. Una color amarilla, y la otra roja como la sangre.
Y entonces, el bicho bola ganó y el monstruo perdió indefinidamente, hasta otra aventura.
Dicho esto, lo sentaré para que vea la animación una y otra vez al menos, las dos horas que me llevó plasmar esos 200 fotogramas. Ahora entiendo porqué hacen dibujar en korea a los simpsons; es un trabajo de chinos.
Pero digo: Estoy orgulloso de mi 1º animación, y se que habrá más desvelos o inspiración; bendita la una, maldita la otra. Tic, tac.