1 de septiembre de 2009

FLOROS & FAUNIOS

 

A las nueve menos cuarto se levantó Oliver con un ojo parcialmente cerrado por la adherente acción de las lagañas y el pelo tan alborotado que para peinárselo tuve que usar técnicas de disuasión de masas y echarle agua a chorros de presión. En una mañana normal, esto hubiera despertado grande réplicas de tono insolente, pero hoy, íbamos a Faunia así que lo aceptó con leves conatos de resistencia a la hora de la raya.
Sobre las 10 menos cuarto salí a la puerta donde ya nos esperaban Alvaro y Claudia dejando tras de mi languidecer sobre la mesa y a merced de las hormigas todo el material de degustación animal y humana que sabiamente había preparado. Fue doloroso no contar con existencias para la alteración de la paz selvática, ya que la última vez que estuvimos en faunia revolucionamos a los monos con plátanos y otras frutas al punto que saltaban de los árboles a nuestras cabezas y de estas a otros árboles llevándose la fruta y gritándose entre ellos.
En esta ocasión, mi olvido y la prudencia de Alvaro hicieron que nuestro paso por tierra de monos fuera casi idílico. Con todo, una bolsa de conos de maíz en la mochila de Alvaro rescató el momento haciendo que varios de esos insolentes homúnculos de cola larga treparan por mis brazos y espalda tratando de robármelos. Le dí uno a Oliver para que los monos cayeran sobre él como lobos; pero hábilmente lo arrojó lejos y me dijo: se lo tiré lejos porque un mono me gritaba: ¡¡iiiiiii!!! En fin, otra jornada agradable en faunia...
Posted by Picasa

No hay comentarios: