19 de septiembre de 2009

El museo del ferrocarril, la revancha



Esta mañana fuimos al museo de ferrocarruil. Ya estuvimos otra vez con Oliver y sus primos en este mágico recinto de acumulación ferroviaria donde viejas locomotoras y vagones del pasado se unen en polvorosa comunión bajo una vieja estación de trenes en la calle de Delicias. No le gusta a la cámara de fotos tanta amplitud desordenada y en penumbras, así que la saqué solo para algún golpe cercano y a plena luz. Como notable ejemplo, esta vista aérea que incluye mi nariz y la cara sorprendida de Leyre y Oliver cuando les dije: mirad hacia arriba que viene un tren!. clic.
Los que sí íbamos en tren éramos nosotros. Vale la pena pasar la zona polvorosa y tras poner pies en idem, avanzar al patio trasero donde hay montados varios circuitos con reproducciones a escala de trenes de distintas épocas. Te permiten viajar en ellos, y aunque parezca increíble, en nuestra primera visita Oliver se sintió atemorizado por ellos y no quiso montar. En esta ocasión lo hizo sin dudarlo, claro, y tuvimos que repetir el viaje en otro tren a pedido de los niños y sin dolor para la cartera; la entrada al museo es gratuita los sábados y además, cada paseo en tren cuesta sólo un euro. Una excelente ocasión para llevar a los niños a pasar un buen momento e incluso para dejarse casi atropellar por un minitren como me sucedió a mí, mientras sacaba una de estas fotos... Sobreviví, y ahora estamos en casa otra vez.
Posted by Picasa

No hay comentarios: