
Escoltado por la rana rosa, Oliver durmió toda la mañana en la cama de los padres, hasta que se despertó para exigir atenciones y traslados a zonas recreativas y de micro-esparcimiento.


Aunque la primaver ya llegó en los calendarios, aún no han venido días para salir a pasear sin gorra. Aquí vemos a oliver en su carro y en pleno paseo, con los ojos un poco chinos por la luz y por el sueño, ya que suele dormirse antes de haber recorrido cien metros. pronto llegarán los días sin gorra, y luego los del parasol.