Iluminada por un rayo de sol; sentada en un corazón amarillo, investigando, explorando, haciendo sus cosas de bebé. Al fondo, y parcialmente moreno del cuello para arriba y reposando que no reposado, su amantísimo papá. Les debo la sonrisa, el calor, la fatiga, y un virus estival. Pasen a cobrar cuando quieran.
No hay comentarios:
Publicar un comentario