En el zoo de Guadalajara había un zorrito que, al oler el jamón, se hizo amigo de una niña llamada Camila. No porque ésta supiera a cerdo; más bien lo portaba dentro de un sandwich.
Luego había dos nutrias jugando bajo el agua; se perseguían una a la otra y se daban tremendos revolcones lúdicos ya sobre ya bajo el líquido manto de su recinto. Gran jornada de sol y bishos...
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