Desde que entramos a Faunia, Oliver insistía que quería ir a ver "la cueva" que resultó ser sin duda el sitio menos atractivo del parque pero que por alguna razón que aún no le he logrado hacer esgrimir, es lo que más le atrae. Es una réplica de una mina, un túnel oscuro con alguna estalactita inverosímil y que acaba en una zona donde hay unos aperos de minero para sacarse las convenientes fotos. Aquí, descamisado por el túnel, seguido por Claudia.
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