

AAAAAAH!
PRIMER COLUMPIO
Uno de los momentos más importantes de la vida de un niño sin duda lo constituye su primer contacto con aquel artefacto pendulante que en argentina llamamos hamaca y que en españa se menta por columpio.
Hace unos días mientras paseábamos con él, vimos unos columpios adecuados para niños pequeños, y aunque quedaba un poco perdido dentro, creo que se pasó un gran rato. De hecho, ayer estuvo nuevamente, y realizó un pequeño acto de rebeldía al ser retirado del mencionado sitio, lo que augura rabietas, llantos y corridas, en largas sesiones de columpio a las que me enfrentaré con más resignación que presteza...
salutti
En el desfiladero de la Hermida, tras curvas y precipicios llegamos a un pueblito en la orilla de un río truchero donde nos metimos un menú entre las costillas y la columna vertebral, no sin antes posar los tres frente a un monumento a la trucha que aparece cortado en la imágen merced a la impericia de una turista que más que sacar fotos, las arrancaba...
Aqui vemos a marta y Oliver posando en una de las estrechas callejuelas de Potes. cabe mencionar que las extremadas pendientes del pueblo sumadas al empedrado irregular de su suelo nos obligaron a traquetear el carro del niño malamente, hasta un punto de ponerse malo y opinar mal del alcalde y sus ediles...
Aquí, frente al hotel donde nos alojamos, Oliver manipulaba una caja de galletitas chiquilín, mientras Marta intenta quitársela para devorarlas...
Quería dejar claro que nuestra al parecer obsesiva actitud de acuatizar al niño no obedece a ninguna clase de manía higiénica, ni se apoya en textos, revistas o consejos. Se trata de compartir con el pequeño aerobio de nuestros genes, una actividad divertida a la vez que importante porque un niño no debe temerle al agua ni en general a nada. Bueno, quizás a un escorpión del sahara, una mamba negra, o un incendio forestal.