Aunque algo deteriorada por la ausencia, la memoria no es tan esquiva como para que olvide algunos de los más importantes momentos en la vida de Oliver y Camila. La llegada de su primer perro fue en el mes de agosto el día 28. Llegó desde una casa de acogida; había sido encontrada perdida en una carretera de Toledo. Al principio era muy miedosa (lo sigue siendo) aunque es un perrazo de gran tamaño, cruza de mastín y podenco; buena como pocas y amada enormemente por sus hermanitos y padres. Bienvenida Sandía!
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