Hagamos de cuenta que creemos en cosas tan absurdas como exóticas y que Camila, la niña tigre del calendario chino siente una irrefrenable pasión por los primos gatunos, de felina a félidos; de tigra a gato; todo en familia. Los llama, los percibe, les ordena su proximidad y trata de organizar sus comidas y momentos de sueño. Ellos, máss reacios a creer en horóscopos, se inclinan a aceptar sus caricias a cambio de comida; y otros de mimos. Cosas del maullar. Aquí, una mini galería de encuentros y clics con sus colegas en EL GASCÓN; quizás el pueblo más perdido que exista en el universo cacereño.
Los gatos y sus sombras
Mirada de amor
Tu come que yo te abrazo.
Y aquí no hay gatos pero me da igual. Miau.
No hay comentarios:
Publicar un comentario