Hoy acompañé a la clase de Camila al zoológico; encargado de traer de vuelta a mi propia hija y a Miguel, quien para mi honor, volvió de una pieza y con casi todos los dientes... Los niños se divirtieron como locos en una pista de baile llena de láser; o como hormigas rojas ante el cadáver de un gato mediano abandonado a tres metros del nido. Bueno, quizás no sea la comparación adecuada para hacer en una entrada de animalitos. Lo cierto es que ya procesaré un pequeño y apasionante vídeo que lo explicará mejor. Bona nit.
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