Antes que el año avance con la misma indiferencia de la mayoría de mis lectores a las frases que adornan estas fotos, procedo a postergar mi siesta en favor de la comunicación pero sólo, hasta que Marta llegue y se acueste cuando entonces es muy probable que me sume a ella y estas fotos queden sin sus correspondientes e innecesarias explicaciones.
Escrito aquello y leído o no; procedo a contarles que el día 31 de diciembre del año en precurso asistimos en comitiva familiar formando nutrida concurrencia en casa de mis suegros y a la sazón, padres de Marta y abuelos de todos los primos españoles de Oliver. Podría narrar lo que cenamos o en que forma y gloria esos apetitosos platos fueron primero ingeridos y luego convertidos en materia fecal pero sería oficio a la vez desagradable que poco acorde a este blog. Yo y la mayor parte de los allí presentes nos dimos al consumo salaz pero no excesivo; y los niños, jugar y bailaron, se revolcaron, sudaron y divirtieron hasta las 4 de la mañana del 1º de enero. Tras ello, todos vinieron a dormir a casa y amanecieron en mota del cuervo donde continuó el alegre descontrol y la furiosa consumación de la alegría. Podría seguir así por horas, escribiendo sin decir nada en concreto, pero las miradas de los protagonistas de la 1º foto me lo impiden. Disfruten este 2013 con alegría; lo demás son sólo cavilaciones y reconcomos de vieja mala, como solía apostillar el bueno de mi tío Joselín.
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