Antes de que pase mucho tiempo y quede en hechos del pasado, os contaré la mágica historia de como 5 niños hacen una película de cine casero, y acaban echándola en el cine del barrio.
A mitad de octubre hicimos con Oliver y sus parientes i amigos un corto para undiadecine.com
Cuando Oliver la vio, le gustó tanto que ilusionado me preguntó si alguna vez la pasarían en un cine de verdad, señalando hacia el centro comercial que hay frente a nuestra casa y que tiene varias salas de cine. Yo, que no soy nadie para robar ilusiones infantiles, le dije que todo era posible y ahí se quedó.
No mucho tiempo, claro, porque al día siguiente entré en internet a buscar si había algún festival de cine infantil donde pudiéramos enviar nuestro trabajo. Y ante mi sorpresa, digo más, ante mi sorpresa y frente a nuestra casa se realizaría en dos semanas la 9º edición del Festival Internacional de cine Infantil.
Obviamente, el tiempo para presentar trabajos había pasado, pero igual lo envié; como muestra de un trabajo original desde el punto de vista que los niños no son actores, ni seguían un guión, ni habían ensayado ni una sola vez. Era una auténtica improvisación cinematográfica, digamos, dentro de una pautas de historia que les íbamos contando y ellos iban imaginando frente a la tela verde del estudio.
Como sea que lo hayan valorado; los buenos del festival nos dijeron que proyectarían la película en la sección de cortos, y por magia del espíritu de los Merlin -viejos magos donde los haya- se cumplió la profecía del pequeño Oliver.
La proyección fue un exito. En la sala había varios compañeros de clase de Ada, una de las artistas, y su actuación fue muy celebrada. Oliver estaba exhuberante y creedme, aunque no tenga fotos de esto, sé que estuvo firmando autógrafos a varios niños.
Tras la proyección, hicimos un taller de cine para más de 180 niños en una de las salas del cine.
En la foto inferior, la sala del cine; los niños, oliver, sus abuelos y arriba al fondo yo mismo y Jaime.
Toda una sala de cine para jugar. La mañana del festival, me llevé a Oliver al cine mientras montábamos el set para el taller.
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