Sin contar con la información de primer ojo; ya que no fui testigo de nada de esto, puedo afirmar sin temor a que pudiera caer en la falacia que estos días en tarragona fueron una auténtica alegría en forma de juegos, playa, comidas, encuentros, cariño y otros etcéteras normales para las familias bien avenidas e incluso bulevares. Con el anfitrionismo profesional de los Pekos no podía esperarse otra cosa y luego el azar, el azahar, la suave brisa y el paisaje hicieron el resto. En fin, está claro que no puedo más que fantasear sobre los verdaderos pies de fotos ya que aunque Marta me contó casi todo, yo tengo la libertad del editor de interpretarlo a mi modo. Van pies:
Oliver mira a la cámara antes de lanzarse sobre ese potro y montarlo a pelo como un gaucho huinca y huija; pronto los cascos dejaron de oírse pero hasta entonces el eco era bravo; la abuela gritaba parelón, parelón! mientras su prima cazaba avispas y camila señalaba diciendo: aballo? aballo?
Camila luce belleza en su asiento del AVE Tarragona-Madrid; kilómetros adelante, ansioso espera papá, hecho un manojo de nervios por el reencuentro; dolorosa separación; volved! volved todos a papá! (...)
El.la & Oliver; que por la magia de la fotografía y no por retoque alguno parecen haber viajado en el tiempo hacia su adolescencia. Oliver podría tener 12, y ella 16.
Oliver se observa la pierna que minutos antes había sido parcialmente alcanzada por las urticantes salutaciones de una "hortiga de mar" expresión absurda para llamar a una medusa por otro nombre. Al fondo Camila y El.la le ignoran...
Camila se clava los macarrones como un carpintero soltando acero en un tejado. TAC TAC TAC. padentro. Y pafuera, claro. Una máscara rojo pomodoro la delata, y si pudiera hacer un 360º a la foto y les muestro el suelo; un pavimento sacrosanto para cucarachas y otros dípteros. Amore!
Esta es la típica foto cuyo pie es innecesario. Una foto coja, digamos; que igualmente apostillaré.
Evidentemente, vemos la mítica situación de una niña, digamos Camille, siendo embutida, ensebada, atiborrada y completada por su abuela. Toma, con la cuchara grande, leñe, que estás hecha una sombra de alambre de tan flaca! Hala! La niña tiesa, tira de maseteros y cierra mandíbula mientras la tigresa mayor afina los ojos para apuntar en ese pequeño espacio que le queda entre la cuchara y el estómago de la susonieta. Clic!
Otra gran foto de Marta -todas son suyas incluso en las que también sale; una fotógrafo paturucezca (si eso existiera y de hacerlo que se escribiera así) Los primos se lavan los dientes y marta sostiene una luz entre sus manos. Ti ammo.
Si se es tigresa, hay que poner nariz de tigresa!
Y claro que se puede ser más guapa o más simpática; pero este papi no conoce a nadie. A bientôt!
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