Tras nuestro regreso de Argentina las cosas se han ido acomodando al huso actual de aquella manera. Y con esta críptica excusa comienzo a colgar más fotos que palabras (para vuestro regocijo?) y lo hago con la primera carpeta que encontré. La cueva.
Entre las promesas vagas pero cumplibles que le había hecho a Oliver para nuestro viaje a Argentina, estaba la de formar parte de un grupo de aventureros que nos introduciríamos en el interior de la tierra como verdaderos exploradores; y no como esos grupos de borregos inespeleólogos que visitan las cuevas acondicionadas para el público como las hay en toda europa. Es decir, promesa cumplida como pantene wash-n-go o una macana de esas que usan los que tienen pelos.
La lengua afuera, concentrado para subir la escalera sin partirse el coco y va uno y le saca esta foto fuera de foco y cegándolo con el flash.
Esta cueva es muy reciente (sólo unos pocos millones de años) y por eso las concreciones son bebés.
Tras salir a la superficie, los primos Salvia & Pedro saludan a cámara.
Pedro va saliendo; Oliver espera desde arriba.
4 primos espeleólogos; Salvia, Pedro, Música, y el pibe mirándose quién sabe que.
1 comentario:
¡Qué grande, Oliver! Tercera generación de espeleólogos entre los Merlín
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