Como muchas cosas de nuestra vida, el chupete azul es de aquellas que quedan registradas en una foto pero cuyo paradero actual es incierto aunque probable. En el caso de este objeto de succión infantil, asumo que acabó en algún basurero y ahora estarán disputándoselo entre ratas y gaviotas. Se perdió, y Marta me acusó duramente de ello, aunque unos minutos después salió ella con la niña y otro chupete y ese, también se perdió. La niña, al parecer los catapulta desde su posición usando algunas de las habilidades motoras adquiridas desde su nacimiento.
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