El viernes que acaba de pasar se celebró el día de San Isidro en Madrid; una fecha que simboliza cosas de un dios que, por estar debilitado en las fuerzas vivas de sus creyentes, no deja de tener seguidores a la hora de los disfraces y ritos. Es así, que las niñas y niños madrileños que de ello se precien, o así fueran apreciados por padres o tutores; acaban vestidos de chulapos o chulapas.
Camila no fue menos y aún sin ser más, poco le importaba la fiesta o la causa del atuendo; antes que ello, el sabor de la tela y la textura también.
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