Mi torpeza como barquero hacía que giráramos estúpidamente en medio del lago mientras las carpas se arremolinaban a nuestro alrededor con la intención de despedazarnos y devorarnos si yo conseguía finalmente mandar a pique la embarcación con mis habilidades de marinero en dique seco. Finalmente, logré reconducir a los tripulantes a una especie de plataforma flotante de donde fuimos rescatados con unos palos con ganchos que no produjeron heridas aunque si cierta cautela en los pasajeros del SS MERLIN.
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