7 de enero de 2010
La tarta, de Bob Esponja.
Yo no creo que nadie acabara realmente su porción. No estaba nada mal, pero para ese entonces, todos estábamos atiborrados de sandwiches, tortilla y empanada de pescado. Nadie tuvo que salir a vomitar para seguir comiendo, claro, pero las existencias de todo en general quedaron al borde del abismo. No es cierto que Jesús estuviera revolviendo la basura para rescatar algo de comida; y si que eché de menos una o dos de mis pizzas, pero en general, todo estuvo muy bien. La tarta, de bob esponja para alegría de Oliver, quien exigió comerse una parte importante, como un ojo, y luego de revolver un poco con la cuchara resolvió que demasiado chocolate podría dañarle la tripa...
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