Cuando fuí a buscar a Oliver a la escuela vi que la maestra le estaba claramente amonestando verbalmente por alguna razón. Le pregunté si Oliver se había portado mal y me dijo que hoy en el recreo se había metido en los charcos, y que a pesar de las muchas regañinas que por ello recibió, seguió en sus trece y tuvieron que llevarlo aparte. Luego, en la clase, también iba a su bola sin hacer caso y acabó sentado en la silla de pensar.
Esto fué, claro, lo primero que me dijo Oliver. Que lo habían mandado por primera veza la silla del aburrimiento; una especie de ser mandado a pensar al rincón. Según Oliver, la maestra lo castigó porque estaba dando golpes en su mesa con una tapa. Este alboroto -siempre según su testimonio- se debió a que se había enojado porque un niño le había quitado alguna cosa que no acertó a definir. Seguiremos interrogándolo sobre este interesante momento de su vida; mandado a la silla de pensar por alterar la paz de la clase. (un clásico de su padre)
Le pregunté en que había pensado durante ese tiempo, y me dijo que su cerebro no le había dicho nada....
seguiremos informando
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