En algún momento de la existencia comienzan a desarrollarse manías y excentricidades que luego pueden acompañarnos toda una vida. Como muchos otros niños, Oliver ha descubierto la obsesión de no pisar determinadas zonas del suelo que considera trampas, minas antipersonales o bombas.
Aquí le vemos obligando a Marta a pisar sólo en las líneas blancas del paso de cebra para evitar las "trampas"...
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