Tras una angustiosa espera de quizás... dos minutos, Oliver no pudo atender a las múltiples razones éticas que existen para no abalanzarse de cara sobre una torta; cuando los platos y el cuchillo, tardan tanto en llegar. Afortunadamente Chiki estaba atento a su labor periodística y pudo lograr varios impactos de esta reprobable conducta que no animaremos a copiar aunque festejemos con prudente alborozo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario