Aquí estamos en el sur de Tenerife - playa del médano-, un sitio donde suele brilla siempre el sol atrayendo a turistas y buscadores solares por igual.
En esta playa Oliver pudo jugar con la arena negra y hacer unos interesantes castillos con unas niñas danesas que lo esclavizaron para transportar materiales y agua para sus construcciones.
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