Hay una cierta controversia respecto de la palabra "tilines" para definir a aquellos ingenios diseñados para transportar con cierta seguridad a los niños en un entorno de luces, dibujos coloristas y música infantil cuyas letras Oliver se sabe a la perfección. Calesita, tiovivo, cochecitos eléctricos o como quiera que se llamen; lo cierto es que marta los llama tilines, yo por ella; y Oliver por nosotros dos. Quizás su origen como neologismo se remonte al despertar del habla del primo mayor, Carlos, quien al parecer ya se refería a estos artefactos como tilines. Sea dicho.
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