9 de noviembre de 2007

CRONICA DEL ATAQUE A UNA BARRA GALLEGA





Han pasado ya un par de días desde que Oliver protagonizara un violento ataque a una barra de pan que popularmente llaman "gallega" y cuyo origen real desconozco pero tarde o temprano también se sabrá, como lo del 11 M. No quiero irme del tema, porque la ya digerida y evacuada barra, estuvo con nosotros apenas unas horas y nos supo a todos bien. Oliver comenzó reclamándola desde la misma puerta del supermercado refiriéndose a ella como la "aande" que en su lengua trabada significa grande y que claramente aludía a toda la barra y no al cutre coco que yo le ofrecía...
Entró con ella en la casa ya mortalmente herida por un costado -ver foto- y lejos de darle cuartel, ahondó en sus lesiones quitando la miga como quien quita la espuma del interior de un muñeco, si es que se viera, claro, en la necesidad de hacer semejante cosa.


La siguiente serie de fotografías que ilustran este evento, apenas son una muestra de su voracidad trigófaga; le regañé con el viejo cuento de que luego no me comes la comida; y con sus pucheros y el buche lleno de pan, lo senté a comerse un platazo de pasta con tomate y pollo, que se deglutió con la prudencia de un avestruz ante un plato de brillantes tuercas plateadas...


Por cierto, con 22 meses y dos días dió 13,750 kg en la báscula de 20 céntimos del palacio de hielo que informó además de una altura de 83 centímetros que no ratificamos ni negamos.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Este padrazo escribe que da gusto ...

Sigue asi. Lo que vivimos que es maravilloso, lo haces aún más maravilloso en tus palabras.

Te quiero amor mío.

A ti Victor te digo.