Pasha nada...

Aunque veamos en esta imagen congelada a un Oliver aparentemente dentro de uno de los vehículos menos tenebroso de los tilines, esta ilusión apenas duró unos segundos. Tras aceptar ser metido dentro del camión, y completar su primera vuelta, pidió que le bajaran exigiendo por su mamá. En la foto lo vemos haciendo el gesto que acompaña a la inseparable expresión de: "pasha nada", que es su versión de no pasa nada y que aplica como bálsamo a situaciones física o anímicamente comprometidas. Es decir: Si viene corriendo, tropieza y se da de cabeza en el suelo, se levanta y aunque el dolor campe en la zona impactada como el cid en su caballo cuyo nombre no recuerdo, sobre el campamento moro; se dice, no pasa nada, no pasa nada y ya está. Si alguien, por ejemplo, sacara una trompeta de su bolsillo y comenzara a tocar con ella, probablemente también se dijera la típica frase acompañada de su gesto que aludíamos en la foto; ya que siente un irreflexivo temor a la gente que suena cornetas. No recuerdo ninguna situacion, empero, en que fuera atacado por un trompetista, pero la mente de un niño es un campo fértil para encontrar las cosas mas variadas. Finalmente lo bajamos del camión con su no pasa nada, y se volvió a sentar en las sillitas verdes puestas generosamente por la administración de los tilines para los espectadores y padres o familiares de los viajeros o afectados; o el concurso de ambas cosas.