DOS RUEDAS PARA PASEAR
Ayer, el otoño se replegó unos momentos; el sol de la siesta y el aire en calma sugerían paseo, y decidimos llevar a Oliver en su silla nueva para la bicicleta. Como era de esperar, el asunto le emocionó muchísimo, ya que a una altura mayor, podía dominar mejor el horizonte.
Aunque lo cierto es que se pasó la mayor parte del paseo mirando al suelo, viendo las ruedas de la bici, y las cosas que iban pasando a su lado.
Marta también se animó a llevarle un rato, y la verdad es que pese al aspecto endeble de la bici y la silla, el niño va muy seguro y por supuesto no corremos riesgos absurdos como ir por la calle, o hacer competiciones de velocidad con los coches y motos...
(Ningún perro o animal nos atacó, o fué dañado durante este paseo)
1 comentario:
El paseo estuvo muy bien; no niego que tenía mis dudas sobre la estabilidad de llevarlo en una bici tan pequeña, pero él va bien y se lleva muy bien. Si que hay que cuidarse en dar las curvas cerradas pero eso con Oliver encima y sin él. En cualquier caso vamos con mucho cuidado, normalllll
A veces chillaba, y otras parecía desmayado mirando al suelo ....
Besos
Marta
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