
17 de abril de 2007
12 de abril de 2007
2 de abril de 2007
domingo de ramos, las viejas llevan los olivos y yo a oliver.
PASEO EN BICI Y OTRAS AVENTURAS





Aunque ni la tortuga ni el conejo parecen a priori muy entretenidos, a Oliver le produce una intensa emoción montarlos. Con el tiempo, perderá interés en este tipo de artefactos. Con todo, si pasaran los años, y siguiera montándolos con esa alegría, estaríamos ante un asunto complejo...
Oliver tuvo la feliz idea de apropiarse brevemente de una pelota que pertenecía a otro niño y éste, sin mediar mayor provocación, fue directamente y lo empujó de culo al suelo.
Oliver se tomó el asunto con mucha deportividad, y sin orgullo aún desarrollado como para ser herido; y sin ninguna lesión física, simplemente se incorporó y fue en busca de compañeros de juego menos posesivos. No los halló...


Pero llegando a la casa, Oliver cayó en el profundo sueño del ciclista acompañante, y fue trasladado con ciertas dificultades a una cama donde luego, se sumaron sus padres formando un trio sesteante que prolongó sus actividades oníricas por un par de horas. Se levantó a las cuatro y merendo-almorzó mientras afuera el sol volvía a perderse en la multitud de nubes que siguen sobre estas tierras también hoy.
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